viernes, 21 de junio de 2013

EDUCACIÓN Y CRISIS ECONÓMICA

No es la primera vez que hablamos de la EDUCACIÓN en este blog, pero sí la primera vez que la relaciono con la crisis económica que estamos viviendo en la actualidad.

Hace tiempo que pienso, y las personas a quien se lo contaba me tachaban de exagerada, que una de las causas de la crisis económica actual ha sido el mal funcionamiento del sistema de educación que tiene España.

Empezando por los cambios de sistema educativo, que llevan a cabo cada vez que un nuevo partido político sube al poder, hasta el fomentar actitudes de poco esfuerzo, dejando pasar a los alumnos con asignaturas suspendidas de curso en curso y sin atender a las causas de esos fracasos. Todo ello ha generado un superávit de licenciados y seis millones de desempleados sin oficio ni beneficio.

No podemos dejar en manos del Estado la importante tarea de educar a nuestros hijos, de manera que hemos de aunar esfuerzos y exigir algo que deriva en beneficio de nuestra sociedad. No queremos niños adoctrinados, borregos, sin capacidad crítica y que creen que las cosas se consiguen sin esfuerzo. Queremos niños que vivan desde jóvenes la realidad de que si algo quieres algo cuesta y además cuando se consigue aquello por lo que has luchado, sabe mejor!

Dar la posibilidad de acceso a la universidad a todos los jóvenes me parece justo, pero tomar todas las medidas, habidas y por haber, para conseguir que todos los jóvenes accedan a la universidad con calzador me parece una locura. Sí, locura! Porque no todos somos iguales señores, cada uno estamos hechos de una pasta, debemos tener las mismos derechos, deberes y responsabilidades (que esto se suele olvidar), pero no somos iguales!

Debemos reconocer que cada uno sirve para lo que sirve, y debe ser el mejor en aquello a lo que se dedique. Se ha dejado de lado durante muchos años los ciclos formativos profesionales y eso ha sido un gran error. Los oficios son la base de nuestra economía y si eso cae, nada sirve que hayan muchos abogados, doctores y economistas! ¿Quién cultivará campos y nos hará llegar los alimentos? ¿Quién transformará las materias primas en productos finales? Desde luego si todos somos abogados, doctores y economistas…nadie!!

Así qué, demos importancia a lo que tiene importancia, y eso es a las capacidades personales que tiene cada uno de nuestros hijos y las cuales se pueden desarrollar con los años para que lleguen a ser los mejores en aquello que saben hacer bien. Demos importancia a la cultura del esfuerzo, porque así conseguiremos superación personal y una ambición sana de lograr los objetivos que cada uno se marque en su vida. Y demos importancia a que se vean útiles para la sociedad, que cada uno con su trabajo pueda enriquecer y devolver a la sociedad lo que ésta le ha dado.


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