jueves, 4 de noviembre de 2010

El papel de los abuelos en la educación de nuestros hijos

El papel que desempeñan los abuelos en nuestras familias va tomando cada día mayor fuerza e importancia. Si tenemos la suerte de que nuestros mayores estén jubilados, contamos ya con dos manos más que nos pueden ayudar para poder conciliar la vida laboral y la educación de nuestros pequeños en familia.

Cuando llega el momento de dejar a nuestros hijos a cargo de una persona, porque nos tenemos que incorporar a la vida laboral, surgen dudas. Nos cuesta dejarlo con una persona desconocida, pero tampoco queremos cargar a nuestros mayores con todo el peso del cuidado de nuestros hijos, ya que ellos ya han pasado por eso y después de todo les toca ya descansar.

Las opciones son muy limitadas. O les dejamos a cargo de una persona desconocida, o les dejamos en una institución educativa o les dejamos con los abuelos. Bueno, pues el equilibrio perfecto sería poder combinar dos de las tres opciones, de manera que el niño puede pasar lo gordo de su tiempo aprendiendo nuevas cosas en la escuela infantil o en compañía de una persona que lo cuide y el resto de tiempo pasarlo con los abuelos.

Hemos de tener en cuenta que el papel que deben tener los abuelos con los nietos no debe ser de niñeras. A los abuelos se les debe dejar el papel de transmitir valores, experiencias pasadas, deben ser los que hablen del pasado enlazándolo con el presente, para que los nietos vayan desarrollando el sentido de pertenencia a un árbol generacional, a unas raíces, y deben hacerlo compartiendo muchos momentos agradables, donde se trabaje la cercanía, el contacto y buenos momentos, ya que al fin y al cabo es lo que se les quedará grabado a los niños en sus experiencias más profundas. Se dan apoyo mutuo, cariño, aprenden cosas nuevas el uno del otro, se transmiten formas sanas de vida, sabiduría, disciplina, buenos comportamientos y un sinfín de beneficios.

Algo que se debe tener en cuenta es que tal como los padres de los niños traten a los abuelos, así tratarán los nietos a éstos. Por lo tanto siempre debe haber un buen clima, y si existen tiranteces o desacuerdos, nunca deberían mostrarse ante los niños.

Así pues el lugar correcto en el que deberíamos posicionar a nuestros mayores es en el que puedan pasar mucho tiempo con los nietos, sin sobrecargarlos de tareas. Los abuelos ya no son como los de antes, son más dinámicos, tienen más actividad social, aficiones y gustos que aprovechan ahora para dedicarles tiempo y las cuales pueden compartir junto a los nietos, ya no tienen porqué someterse a horarios que les marquen, que para ello han tenido toda la vida.