lunes, 20 de mayo de 2013

¿Se puede educar en el sueño?


Se acerca el verano y con ello el cambio de hábitos dentro de la rutina familiar. Para establecer los hábitos del sueño tendremos que establecer horarios estrictos que habrán de ser cumplidos. Una vez se le haya acostumbrado al niño a irse a dormir a determinada hora, comenzará a sentir sueño cuando se acerque ese momento. 

Otro aspecto de deberemos mantener para que se cumplan las normas del sueño será la firmeza con la que debemos decirles que ha llegado la hora de dormir. Esa firmeza debe ser mantenida con tenacidad y persuasión y no con gritos ni violencia. Los niños son niños y siempre van a intentar salirse con la suya, pero nosotros somos adultos y debemos trabajar nuestra “mano izquierda” para persuadirles hasta conseguir que vayan a dormir. Una vez lo hemos convertido en hábito, tendremos la mitad del trabajo hecho!

A los niños les gusta que todos los días transcurran determinadas cosas de la misma manera, por ello si les bañamos antes de la cena, les damos la cena, hacen pipí antes de acostarse y les acompañamos a la cama, los niños estarán más predispuestos.

Si el niño vuelve a levantarse, habrá que decirle de manera calmada que vuelva a la cama. Se le acompañará los primeros minutos y se le dejará solo para que coja el solo el sueño. Y así tantas veces como se repita y siempre intentando no perder la paciencia.

Con la llegada de las vacaciones, entramos en otra dinámica, más llena de actividades lúdicas, de descanso, deporte, diferentes horarios de comida, visitas de amigos etc… Y con ello, que todos nuestros horarios se alteren! Pues bien, debemos intentar que los niños recuperen el hábito del sueño tras los primeros días ajetreados con nuevos amigos, nuevos lugares etc…y no retrasar más de media hora el momento de irse a la cama. Retrasarlo mucho más podría romper el ritmo.

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